Desarrollamos este proyecto cuestionando cuál sería la nueva lógica de un colegio de arquitectos. Desde nuestra óptica la visión tendría que ir mucho más allá de un espacio gremial para convertirse en un punto de encuentro donde las personas en general recurran para saber y aprender de la arquitectura y sus creadores.
Partiendo de ahí, el espacio se dividía en dos volúmenes articulados por un andador a triple altura que concentra el sistema de circulaciones: hacia la parte posterior conectando hacia el parque y al interior del edificio, desarrollando una escalera que conecta cada nivel desde el acceso hasta las terrazas.
Uno de estos volúmenes alberga los servicios, el área de dirección y administración, así como las zonas de co working o talleres. Otro de los bloques alberga el estacionamiento, bodegas, patios de servicio y auditorio principal, en ambos casos los volúmenes son franqueados por jardines que permiten tener áreas de descanso, así como garantizar ventilación e iluminación natural de cada espacio.
Las azoteas de cada elemento se plantearon como una extensión del espacio didáctico, es decir desde ahí fungirían como áreas para demostraciones sobre ecotecnias como la recolección de agua y la generación de energía a través de paneles solares, huertos urbanos, azoteas naturadas, y una terraza como área de trabajo.
Bajo mantenimiento, y sobre todo una progresividad constructiva es lo que se ha planteado como punto base de esta obra.
Año : 2018
Concurso por invitación
Arquitectura, paisaje y diseño de iluminación: FUNDAMENTAL
Realización : FUNDAMENTAL
Equipo de Proyecto : Marcos Betanzos, Víctor Hugo Betanzos, Cinthia Xochicale.
Colaboradores : Jair Romero, Alma Suárez, Miguel Plascencia, Jessica Navarrete.
Distinciones : Mención de Honor.
Lugar : Morelia, Michoacán.